16 agosto 2006

Muñecas

De pequeña me gustaban las muñecas y tenía montones de ellas. Como mis padres eran de clase baja no podían comprarme las muñecas que anunciaba la tele y que otras niñas tenían a las que yo tanto envidiaba... pero siempre tuve muchas muñecas. Mi madre decía que menos mal que no tenían dinero porque si no los arruinaría. Lo que más coraje le daba era que cuando me daba por una me pasaba todo el día con ella e ignoraba a las demás. De modo que, sin yo saber como, de vez en cuando desaparecían las muñecas, para obligarme a jugar con las viejas y así les prestara un poco de atención. Mi madre solía decirme, hija, juega un poquito con las otras ¿no ves que te echan de menos? que ellas también necesitas que juegues con ellas un poquito. Y la verdad es que llevaba razón, de manera que en un baúl guardo todas las muñecas que tuve en la infancia, algunas sin pelo, a otras les falta un miembro, otras están sin ojos, pero todas están allí.

Ahora que ya soy mayor me doy cuenta que hago lo mismo con las personas. Y las personas no son muñecas...
Por eso echo tanto de menos a mi madre.

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Me gusta mucho tu blog, tiene fuerza, estaré por aqui con tu permiso, he estado un tiempo sin escribir vuelvo a hacerlo, saludos

18:23  

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