16 agosto 2006

Tú, la ausencia y tú

Hoy me he acordado de algunas cosas de ti. Sé que no debería pero así ha sido.

Me he acordado de tu risa, de la risa de los tiempos de risas, de tus risas alegres y tus risas amargas, de tu risas explosivas y tus risas forzadas. Y de tus penas transmutadas en risas.
Me he acordado de tus lágrimas, tus lágrimas de pena y tus lágrimas de ausencia. Y también de tus risas de alegría. Y de tus risas transmutada en lágrimas.
Me he acordado de tus miradas, de tus miradas extraviadas y tus miradas de deseo. De tus miradas pensativas y tus miradas ausentes. De tus miradas escrutadoras en busca de una respuesta. De tus miradas que me hacían estremecer, estremecer de deseo y de dolor.
Me he acordado de tu piel. De tu piel suave y agradable. De tu tacto excitante y lujurioso. De tu tacto inerte y repulsivo, de tu piel muerta.
Me he acordado de ti y no debería. No debería porque no sé si me acuerdo de un espejismo o me acuerdo de la verdad. No sé si me invento los recuerdos o recuerdo sensaciones inventadas. No sé quien eres. Si eres o no eres. Lo único que sé es que no estás. Que no estás. No estás.