22 agosto 2006

La conquista de la libertad

Tengo la costumbre de leer cuando estoy sentado en el W.C., tengo allí toda clase de revistas, periódicos y demás. Y he estado leyendo en una revista de psicología un artículo sobre la libertad. La libertad es algo realmente complicado. Cuantas veces confundimos la libertad con hacer lo que nos de la gana sin pensar lo que estamos haciendo y como puede eso afectar a otras personas, es decir, libertad sin responsabilidad, y eso no es posible. Por ejemplo, yo soy libre para circular por una autopista a 220 por hora, si me multan o me mato es mi responsabilidad... pero ¿Y si en esa carrera mato a otra persona inocente? ¿La he matado en el ejercicio de mi libertad?

A veces es necesario privarnos de hacer determinadas cosas por no herir a alguien (nuestra pareja, nuestros hijos, padres, amigos, etc.) y creemos que, de alguna forma, están coartando nuestra libertad y no siempre es así, particularmente no es así si esa otra persona también se está privando de hacer cosas por nosotros. Siempre que haya un equilibrio no se puede hablar de falta de libertad.

Otras veces ocurre lo contrario: si durante un tiempo nos hemos tenido que privar de hacer algo por algún motivo, y ese motivo desaparece, nos sentimos libres porque ahora podemos hacerlo. Pero, en mi opinión, no estamos siendo libres si de una manera desmesurada nos ponemos a llevarlo a cabo, porque en realidad esa situación anterior nos está condicionando enormemente. Conseguir la libertad, en el ejemplo anterior, consiste en no privarnos de hacerlo cuando deseemos hacerlo, pero no hacerlo como una obligación para recuperar el tiempo perdido.

La libertad hay que saber vivirla, hay que cuidarla día a día, y buscarla, buscarla bien. Como dijo el gran Cervantes por boca de Don Alonso Quijano:
"La libertad, amigo Sancho, es el don más preciado que dio Dios a los hombres"