24 agosto 2006

Impotencia


Soy impotente. Sí, sí, soy impotente. Soy impotente porque no soy capaz de dar a la gente la satisfacción que necesita de mí. Es cierto que a veces la gente es demasiado exigente y que mis capacidades son limitadas, pero aun así la culpa es mía. Evidentemente.
Y mira que llevo tiempo intentando solucionarlo, mira que he buscado mil posturas, montones de métodos para que la cosa funcione... pero no funciona, no hay manera.
Y me ocurre con muchas personas, no con una sola, lo que hace que el problema sea aun más grave.

Pero no, no hablo de la impotencia de la que parece que hablo. Hablo de la impotencia de no saber hacerme respetar, de no saber hacer que la gente me crea, de que cuando expreso alguna cosa la gente piense que estoy actuando, que estoy simulando algo para conseguir un objetivo más o menos inconfesable.

¡Quien pudiera encontrar una viagra para el alma!

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

te sugiero leas el libro de Robin S. Sharma "el monje que vendió su ferrari".

Creo que es muy interesante que podría ayudarte.

11:17  

Publicar un comentario

<< Volver