10 diciembre 2006

Cartas

Es curiosa la vida. Ayer estuve ordenando el cuarto de los trastos y decidí tirar unos viejos apuntes de la universidad que no sé cuantas veces estuve a punto de tirar pero nunca lo hice... pues ayer me decidí y con dos bolsas llenas de apuntes me fui al contenedor de papel, cuando me disponía a tirarlos resulta que algunos estaban clasificados por asignaturas dentro de bolsas de plástico, de modo que lógicamente había que sacarlos de la bolsa para tirar al contenedor sólo el papel.
Pues bien, en uno de esos, estaba a punto de verterlo por el orificio al efecto y noté que había algo dentro que hacía mucho bulto y que no eran los apuntes... al vuelo impedí que cayeran dentro del contenedor, aunque cayeron al suelo, fuera.
Eran cartas, cartas que una amiga me enviaba cuando estaba estudiando y que quién sabe por qué guardaba con los apuntes de Cálculo.
Ayer noche leí algunas, esta mañana he leído el resto. Es curiosa la vida, como decía al principio. Es curioso como en algunas cosas no cambiamos por lo que me decía esta amiga, yo ya le hablaba de pensamientos míos que todavía tengo, de dudas que con los años no he disipado, de complejos y miedos que todavía tengo... y claro hace un montón de años y las cosas han cambiado, entonces era un post-adolescente de 20 años... pero es curioso eso que se suele decir de la personalidad de cada uno. Y he estado un buen rato pensando de donde viene todo eso, porque al repasar las cartas he leído algunas coletillas del lenguaje que todavía hoy conservo, algunas frases para recordar y repetir que aprendí de esa persona, que fue la primera vez que las oía. Esta claro que esa persona fue muy importante para mí en mi vida aunque no pasó de ser mi amiga, pero fue muy importante, tan importante que (inconscientemente) aun conservo palabras y expresiones de entonces y he venido a descubrirlo (o a redescubrirlo) ahora más de veinte años después casi por azar, por pura casualidad. Es curiosa la vida.