Amig@s imaginari@s

Querido Luis:

Supongo que te extrañará que te escriba, pero es que me ha hecho ilusión que te hayas acordado hoy de mí, aunque te hayas retrasado unos días en felicitarme por mi cumpleaños, y he estado recordando la fiesta de mi cumpleaños que hicimos con aquellas dos tías ¿te acuerdas? ¡Que bien lo pasamos! ¡Y qué viejos somos! Hace ya años...
Solo contarte que estoy regular, estoy pasando una racha mala últimamente, son cosas que ocurren en la vida ¿sabes? problemillas con los amiguetes, también en mi trabajo, me han hundido mucho durante varias semanas y todavía lo arrastro aunque no lo parezca, no te creas. Pero menos mal que existía una amiga, ¿sabes? a mí me hubiera gustado que ella hubiese sido mucho más, pero ya sabes la suerte que tengo con las tías... Sin embargo, somos grandes amigos, a pesar que ella estaba pasando también una mala racha, y que después simultáneamente estaba viviendo una historia con un tío, en fin, que también tenía sus cosas, desde el principio ella se dio cuenta de lo mal que lo estaba pasando yo. Y en todo momento ha estado ahí (bueno, y está aun), se preocupa por mí, me llama preguntándome como estoy, viene a verme de vez en cuando; a veces incluso se pasa y tengo que decirle: "Quilla, que tu también tienes que vivir tu vida", no sé cuantas veces le he dicho estos últimos meses: "Menos mal que estás tú aquí..." Es un tesoro, creo que no me la merezco...
Pero bueno, Luis, no te cuento más rollos que tú estarás muy ocupado con tu trabajo y en la empresa privada no ven con muy buenos ojos que leamos correos privados en horas de trabajo.
Me alegra saber que tú estás muy bien, dale recuerdos a Paqui de mi parte.

Un abrazo,
John

Unhappy Birthday

Ayer fue mi cumpleaños. Dice un compañero de trabajo que a partir de cierta edad ya no se celebran los cumpleaños, y es verdad.
Pero la cuestión no es esa, yo no lo celebré porque no tenía nada que celebrar, porque no tenía ganas de celebrar nada y porque además no tenía nadie con quien celebrarlo. Fue como la vela de la foto, una vela pequeña que se sopla en soledad y en silencio.
Sé que es triste decir eso, pero es así; la única persona con la que podría celebrarlo no está a mi alrededor desce hace casi cinco meses. Y lo malo es que anoche antes de dormir recordé que el año pasado también ocurrió igual, esa misma persona no se acordó ni siquiera de felicitarme, no sé si consciente o inconscientemente y entonces sí estaba más o menos cerca (bueno, en realidad, ya en aquel Noviembre de 2.005 hacia algunas semanas que empezó a irse).
De manera que, tendré que guardar estos dos cumpleaños no celebrados, estos "unhappy birthdays" para la próxima vez que lo celebre, así la celebración será mas intensa y más importante aun, será como celebrar varios cumpleaños en uno.
Aunque quizás (como dice mi compañero) ya no tenga edad para celebrar esas cosas.

El tercer ojo

Hoy me ha venido a la memoria un libro que lei hace ya bastante tiempo: "El tercer ojo" que habla del budismo y demás. Me he acordado de que el autor dice que los monjes budistas "ven" con el tercer ojo el aura de la gente, y así cada persona llevamos un aura de un color que identifica nuestra personalidad. Sin entrar a valorar concretamente eso, ni a la religión budista, es curioso como, a veces, sí es cierto que las personas se nos representan de una manera u otra sin conocerlos ni tener ninguna información de ell@s.
Muchas veces he reflexionado sobre eso, y me pregunto porqué, de repente, una persona te cae bien o te gusta o te produce rechazo solo con verla un par de veces. He comprobado que en algunos casos se debe a que esa persona que acabas de ver se parece a otr@ que ha causado en ti determinado tipo de sentimientos o sensaciones (esas sí verificadas) y que asociamos esa cara, ese gesto o ese detalle con la personalidad.
Pero también es cierto que no ocurre así en muchas ocasiones y mis reflexiones se convierten en dudas sobre si la explicación es que hay una asociación inconsciente o si realmente ese "aura" que dicen los budistas existe.
Y me ha venido a la memoria porque desde unos días hacia acá estoy empezando a ver auras cambiantes en la gente, estoy empezando a percibir de distinta manera a personas que hace tiempo que conozco pero que no son muy cercanas a mí, y no sé porqué será. Me gusta creer que eso está ocurriendo porque el que está cambiando soy yo, pero de momento es sólo eso, un deseo.

Barro

Ya estoy aquí después de no sé cuantos días sin escribir, otro de mis viajes (esta vez corto) y muchas ocupaciones a la vuelta me han hecho abandonar un poco el blog. Pero bueno, supongo que nadie lo echará de menos. ¿O sí?

Siempre que viajo lo paso bien, me distraigo, y me olvido de según qué cosas. Al menos, a ratos. En Madrid he visto el musical "Mamma mía", ha estado bien, un montaje muy bueno, un poco insípido en cuanto a argumento, pero alegre y bien interpretado y cantado. Me he emocionado viéndolo, bueno, escuchando una de las canciones que no recuerdo su nombre, porque me trajo a la memoria esas cosas que antes comentaba que quería olvidar.

Me encanta Madrid, pero eso sí, un par de fines de semana al año o así, de vivir en un pueblo como vivo ahora a estar allí va un mundo, la cantidad de sitios donde puedes ir, o visitar. Aunque también todo cuesta muy caro y pasar tres días en Madrid te sale por un pico. Paseando por la Plaza Mayor vi a la mim@ de la foto y me hizo reflexionar: tengo que moverme, tengo que moverme para no quedarme convertido en barro endurecido.

Frío

Tengo ya ganas que llegue el frío, es increíble que estemos en Noviembre y aun estemos en manga corta. Me gusta más el frío que el calor, cuando hace frío siempre encuentras una forma de calentarte (aunque no siempre encuentres el método deseado) no como cuando hace calor que a veces (al menos aquí) es insoportable e insalvable.
Por estos lares se dice que cuando llueva, a los pocos días se presenta el frío. Pero el puñetero frío no aparece, vivimos un eterno verano, o quizás primavera-verano-primavera.
Tengo ya ganas que llegue el frío, porque el frío incita más al recogimiento, a la chimenea, a la camita, al calor humano (el que pueda tenerlo). Tengo ganas que llegue el frío porque el frío también es parte de la vida, es parte del ciclo natural de esta parte del mundo.
Y tengo ganas que llegue el frío porque lo sentiré como algo más próximo a mí, frío por dentro y frío por fuera.

Viento

Me gusta cuando el viento me da en la cara, me gusta porque me trae a la realidad. Me gusta que el viento levante mi pelo y me ponga cara de loco. Me gusta sentir el frescor del aire de levante en mi cara, paseando por estrechas calles, porque el levante es descarado, el levante es rebelde y descarado.
Y hoy no me acuerdo de ti. Bueno, sí que me acuerdo, pero no como un recuerdo nostálgico, como algo memorable digno de recordar, sino como una constante en mi vida que ya ha desaparecido, que por fin, y afortunadamente ha desaparecido.
Y no me importa si algún día lees esto que lo entiendas. No me importa si estás de acuerdo o no. No me importa si tu interpretación es la correcta o no. Porque la correcta solo es la mía. La mía es la mía y nada más.
Y en este vacío que me invade, en estas horas de silencio y desanimo, en estas horas de horror y tristeza quiero olvidarte, quiero verte como algo lejano que pasó, pero que ya pasó y que no volverá. Porque no quiero más tristezas que las mías, no quiero más lágrimas que las propias, no quiero más dolor que el interior. Porque ese es el único que puedo aliviar, el único que puedo superar, el único que volverá pero que espero que tarde, que tarde mucho.