23 septiembre 2006

Desnudo


Releyendo el post de ayer y reinventándolo, hoy estaba pensando que este viaje va a ser importante. He tomado la firme decisión de convertir este viaje en un punto de inflexión en mi vida. Por eso quiero volver desnudo.
Quiero que cuando vuelva haya borrado de mi mente (y de mi vida) todo aquello que hay ahora en mi vida que es superfluo, todo aquello que tengo la sensación que no me aporta nada, todo aquello que durante años he venido alimentando indebidamente y que ahora me cuesta tanto borrar. Y necesito este tiempo de vacaciones para analizarlo, para hacer la criba que hay que hacer. Porque quiero volver desnudo.
Y sé que en el camino se van a quedar cosas que no me gustaría perder, sé que habrá cosas que echaré de menos, por eso es tan difícil la elección. Porque quiero borrar cosas que no me gustan que arrastrarán de otras, pero es un sacrificio necesario. Porque tengo que buscar la excelencia y no conformarme, porque debo buscar lo auténtico, porque quiero conservar lo que sienta cercano. Porque, en fin, quiero volver desnudo.

22 septiembre 2006

Mundeando


Hoy me siento bien. Supongo que serán los nervios por la cercanía del viaje, dentro de unas horas estaré en un avión rumbo a Munich. Me encanta viajar, me encanta viajar por varias razones; primero porque uno se libera de todo lo que tiene aquí: de l@s amig@s, del trabajo, de una parte de la familia, de los vecinos, de la rutina... con todo lo bueno y malo que eso conlleva; y segundo porque descubre nuevas cosas, esto es, nueva gente, nuevos paisajes, nuevas formas de vida, nuevas comidas, nuevo clima.
Y aunque parezca que no, esas cosas te marcan, te hacen tener una visión más abierta del mundo, te ayuda a que si un día quieres cambiar puedas hacerlo. Porque conociendo otras culturas descubres que hay miles de maneras de ser feliz, de divertirse, también de sufrir y de aburrirse... y de esa manera aprendes a valorar más lo que tienes.
Que aunque siempre nos quejamos porque nos faltan cosas (a todo el mundo le faltan cosas, nadie lo tiene todo) te hace enorgullecerte de algunos aspectos de tu forma de vida que uno no le da importancia porque lo tiene normalmente y que empiezas a valorar cuando ves a gente que desea conseguir eso.

Dentro de dos días salgo al mundo, salgo a descubrir mundo, salgo fuera de mi mundo.
Pero sobre todo salgo para incorporar nuevas vivencias y más sabiduría a mi propio mundo.

20 septiembre 2006

Amanece, que no es poco


Hay amaneceres preciosos. El de hoy era así, como se ve en la foto. Me quedé un rato parado mirándolo y pensando, pensando si ese amanecer era una señal de algún ser superior o era una conjunción caprichosa de nubes, brumas y sol.
Porque hay amaneceres rojizos, amaneceres luminosos y amaneceres negros; como hay despertares tristes, despertares alegres y sólo despertares. Como hay periodos en los que un@ se encuentra dormid@, a veces con sueños bonitos y a veces con pesadillas; y periodos en los que un@ se encuentra perdid@ y no consigue despertar: en los que el amanecer no llega.
Pero el amanecer de hoy debe significar algo, debe significar que tras tantos años de oscuridad la luz se presenta coqueta, la luz pretende conquistarme, la luz pretende decirme algo, no sé exactamente qué, pero me está diciendo algo.
Y cuando la luz habla, debemos poner nuestros ojos a escuchar.

18 septiembre 2006

Numeros redondos


Se han cumplido 200 visitas en el blog desde que lo empecé, un día 5 de Agosto, hace hoy 50 días, eso hace una media de 4 visitas diarias, que en realidad pueden ser 2 al día quitando las veces que uno entra para perfeccionar el post con las fotos y demás. Quien lo diría.
A veces me pregunto quien leerá el blog, si esas dos visitas diarias serán las mismas personas de un día a otro o habrá quien entre y salga. Aunque hay pocos comentarios a mis post, la verdad es que los que ha habido me han resultado enriquecedores. Y eso me parece bien porque para escribir tonterías más vale no escribir nada y limitarse a leer. Así que les animo, querid@s lector@s del blog a que hagan comentarios, eso sí, con fundamento.
Estaba pensando en la tontería de los números redondos. Me he fijado en esto porque he llegado al nº 200 precisamente por ser un número redondo. Pasa como con los aniversarios, que parece que por hacer un año o tres meses o lo que sea, que pasó algo en tu vida tienes que celebrarlo o lamentarlo o echar algo de menos.
Pero, por otra parte, supongo que es un buen truco para pensar en las cosas. Yo acostumbro a hacer balance de mi vida el día de mi cumpleaños, o a final de año, e incluso antes de acostarme casi cada día que el irse a dormir es sosegado. También acostumbro a ver una visión global de mi vida cuando me voy de vacaciones; es como si estando fuera de tu casa adquirieras capacidad para ver las cosas más objetivamente, desde la distancia que a veces es necesaria para ver tu vida como una película, como si tú no fueras tú: esa capacidad de abstracción es muy importante si eres capaz de tenerla. Y ya solo queda una semanita para iniciar mis vacaciones, ya era hora. Así que mis querid@s dos (o los que seáis) leyentes voy a estar unos días fuera a partir de la semana próxima (ésta estaré todavía por aquí), intentaré escribir algún post desde allí si encuentro facilidad para hacerlo.

15 septiembre 2006

Mariposa


Entraste en mi casa casi sin darme cuenta. Recuerdo que los primeros días estuviste revoloteando por toda la casa mirando aquí y allá, sin sentirte muy bien ubicada. Con el paso de los días fuiste sintiéndote bien y llegaste hasta la cocina. Allí dentro te sentías a gusto y fue donde más tiempo estuviste. Todavía recuerdo como tus ojos me miraban alguna veces, esos ojos tan laterales que tienes... Me mirabas de soslayo mientras los hacías aletear.
Cuantas veces me quedé mirándote, contemplando tu suave ir de aquí a allá, pero sobre todo me gustaba contemplarte cuando te quedabas quieta en un sitio, no sé si cansada de vagar, descansando o dejándote mirar. Recuerdo que siempre te situabas cerca del techo, a cierta distancia de mí. Supongo que ese les pasa a todas las mariposas como tú.
Pero un día se colaron en casa otros insectos, otros insectos que pretendían apoderarse de algunas cosas de la casa, hormigas sobre todo. Y tuve que utilizar un spray para eliminarlas, para sacarlas de mi casa. Y no me di cuenta. No me di cuenta que el spray no solo arrastró las hormigas, también arrastró a la mariposa.
Hoy, dentro de mi cocina te echo un poco de menos, menos de lo que yo pensaba quizás...

14 septiembre 2006

Times they are a-changing


Ya lo decía el maestro Dylan en la canción que da título a este post:
"El que ahora es lento, mas tarde será rápido.
Como lo que ahora es presente, mañana será pasado
El orden se está desvaneciendo rápidamente
Y el que ahora es el primero, más tarde será el último
Porque los tiempos están cambiando"

Pero cambiar resulta muy difícil, porque nos acomodamos, porque nos conformamos con lo que tenemos. En mi opinión, a veces hay que cambiar, no siempre y continuamente, pero a veces. Hay que buscar el equilibrio entre no ser conformista y no ser inconformista. Porque tan malo es conformarse con poco y no darse cuenta que hay que cambiar, como pedir demasiado a la vida y no darse cuenta de lo que se tiene y lo que hay que conservar.
Pero para mí llego el tiempo del cambio, las circunstancias que se han rodeado en mi vida que han provocado un cambio no deseado, no decidido, en vez de hundirme me van a servir para resurgir, para aprovechar ese empujón que me han dado para seguir corriendo, y para salir volando. Y abandonaré muchos hábitos que tengo que no me satisfacen, y recuperaré antiguas cosas que me daban satisfacción que hace tiempo no hacía, y buscaré nuevos horizontes y nuevas personas...

Y me gustaría hacerlo en compañía de alguna persona que hay ahora en mi vida y que quiero conservar, pero si no puede ser lo haré solo. Sí, quizás mi vuelo será más limpio aunque mucho más difícil.

12 septiembre 2006

Bailar sentados

Hace unos días conocía a Francisco, fue el día del concierto que conté hace unos días. Es un familiar de dos personas de la banda y creo que no le había visto nunca, es un gran aficionado a la música y vino a escuchar la actuación. Francisco es parapléjico: cuando tenía 15 años, jugando, se cayó dando en el suelo con la nuca y doblándose la cabeza lo que le provocó su situación actual. Aunque no hablé mucho con él, se ve que es una persona alegre, vivaracha, amable, con don de gentes. A pesar de ir en silla de ruedas ha adquirido una habilidad especial para bailar (con la silla, por supuesto) mueve el tronco acompasadamente mientras con las manos sobre las ruedas va haciendo bailar la silla. Todo un ejemplo de superación.
Cuando tenía 18 años conoció a una chica guapa, atractiva físicamente, inteligente, con estudios y cultura, una mujer que no desmerecería de casi ningún hombre. Francisco, por supuesto, ya iba en silla de ruedas y se enamoraron. Hace alrededor de 15 años de aquello y hoy aun siguen juntos.
Por mucho que podamos pensar en el verdadero significado del amor, creo que pocos de los que estamos leyendo esto seríamos capaces de vivir de esa forma, de aceptar un problema tan grave como el de este hombre para toda la vida. Además, no me atreví a preguntar sobre el sexo, pero tengo entendido que a las personas parapléjicas no les funciona el órgano sexual. Pero creo que pocas decisiones habrá más difíciles que la que tomó esta mujer.
En cualquier caso, cuando por la noche llegué a la cama, antes de dormir me estuve acordando de Francisco, y sobre todo de su pareja, porque son esas cosas que a veces ocurren que te hacen convencerte que todavía se puede encontrar gente que valora a la persona como tal, en lo más profundo de su ser. No sé exactamente qué le enamoró de él, no sé si ha sido su inteligencia, su simpatía, su modélico afán de superación... Pero estas cosas son las que le hacen a uno (en momentos malos) reconciliarse con el mundo.

09 septiembre 2006

¿¡Y tú qué sabes!?


La encontré casualmente en un foro hace un par de meses, alguien hablaba muy bien de la película en ese foro, así que investigué en la red y quise comprarla. Pero todavía no está disponible en DVD, en España se proyecta sólo en 6 cines de grandes capitales de provincia, así que la he pedido prestada a unos amigos desconocidos para verla y luego comprarla si me gusta. Y claro que la voy a comprar en cuanto salga en DVD, porque la he visto esta tarde. Se llama ¿¡Y tú qué sabes!?
Esta película está basada en un fenómeno de masas actualmente, la revolución de la física cuántica y su aplicación a la vida diaria. Ya sé que asusta en principio, pero no hay que tener miedo: la película está hecha para que pueda ser entendida por cualquier persona de nivel cultural medio-bajo. Al principio me pareció un poco densa, que se da mucha información en poco tiempo, pero luego vas entrando en la película.
Por supuesto, es una de esas películas que hay que verla varias veces para sacarle todo su jugo, pero a modo de resumen trata sobre si la realidad es una sola o si depende del observador, si lo que vemos como real es lo que pasa en realidad o si lo real es lo que percibimos. Sobre si, en definitiva, nosotros podemos interactuar con la realidad, sobre si podemos cambiar nuestra realidad.
Y para mí, hoy por hoy, esta película es una necesidad, necesito creer que es así, necesito confiar en ese concepto para salir volando, para alzar el vuelo que necesito hacer ahora mismo.

Sacrificios


Hace unos días se celebraron las fiestas patronales en mi pueblo. Y he podido ver en la procesión de la patrona a algunas personas cumpliendo una promesa. Una promesa no es más que un sacrificio en busca de un bien, se trata de hacer un sacrificio por algo que le interesa a esa persona. Normalmente esos sacrificios son por conseguir algo que se necesita, por ejemplo curarse de una enfermedad grave, salir de una situación de crisis familiar o laboral, etc. En mi pueblo la gente suele hacer la procesión descalza, no es que sea un sacrificio muy grande (a mi entender) pero vaya, es un sacrificio. A veces nos resulta difícil sacrificarnos por los demás (bueno, en realidad casi siempre) porque sacrificarse supone pasar malos momentos, tristes, oscuros, con pena a veces y obtener poco beneficio de ello (al menos a corto plazo). Pero hay que darse cuenta que sacrificarse por las personas queridas, por las personas que nos importan, es necesario y es obligado. Porque ahí es donde verdaderamente se demuetra la importancia que tiene para nosotros esa persona. Porque el significado de querer a alguien, el significado de que alguien nos importe no es otro que ese, que seamos capaz de hacer un esfuerzo, de hacer un sacrificio aunque no nos guste, aunque incluso nos duela, aunque no nos permita disfrutar de otras cosas durante ese rato que nos estamos sacrificando por otra persona. Y, a la larga, la recompensa es infinita, la satisfacción interna es infinita y el beneficio, en fin, es infinito.

08 septiembre 2006

¡Joroba!


Hay un refrán castellano que me gusta mucho, dice algo así como que "Vemos la joroba de los demás, pero no vemos la nuestra" y todavía más (con parecido similar) el de "Ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro". Y eso le pasa a mucha gente. Supongo que en cierto modo a mí también me pasa, pero llevo mucho tiempo intentando que no me pase y creo que me ocurre pocas veces.
Nos cuesta comprender que lo que es bueno para un@, suele ser bueno para los demás; o como decía la copla "que lo que no quiero pa mí, no lo quiero pa nadie". También nos suele ocurrir algo parecido con el dolor: cuando lo pasamos mal, pensamos que nuestro dolor es el más grande del mundo y que nadie ha sufrido tanto como nosotros hemos sufrido.
Pero todo eso es mentira y, a veces, es conveniente meterse en la piel de los demás para comprenderlos, para comprobar si su dolor o su pena es tan dura como la que nosotros hemos pasado; y también (porqué no) cuando alguien cercano a nosotros lo pasa mal debemos ofrecerle algo para que se alivie, ese algo no es ni más ni menos que lo que a nosotros nos gusta que nos ofrezcan cuando nosotros estamos mal.
De vez en vez es bueno acordarse de la joroba de uno mismo antes de criticar la joroba de los de enfrente; y debe ser bueno, también, comprarse un espejo grande, muy grande, para que no se nos olvide que también nosotros tenemos nuestra joroba. Aunque nos jorobe.

05 septiembre 2006

Jugar al póquer con la vida

No he jugado mucho nunca, pero sí conozco el juego del póquer con las cartas. Se trata de un juego en el que hay que formar un grupo de cartas (parejas, tríos, escaleras...), y luego se hace una apuesta en función del conjunto/s que se hayan formado hasta que una de las partes renuncie a seguir apostando (y entonces pierde lo apostado) o se dice que es su última apuesta y se comprueban los juegos de uno y otro a ver quien ha ganado. Para ganar en este juego una de las habilidades más importantes que hay que desarrollar es el de disimular, el de "tirarse faroles" para que la otra persona no descubra en el transcurso de la apuesta qué cartas llevas; se trata de hacer creer a tu contrincante que no llevas nada cuando llevas una buena jugada, o al contrario, hacer creer que llevas una buena jugada cuando en realidad tu jugada no tiene ningún valor. De ahí viene la expresión "poner cara de póquer".

Por eso no me gusta nada este juego, porque no me gusta tirarme faroles. Si alguna vez me viera obligado a jugar al póquer por las circunstancias, entonces jugaría al póquer descubierto en el que se muestra al contrario parte de las cartas que llevas antes de apostar.
Pero no, no me gusta jugar al póquer. No con la cosas serias, con las cosas importantes. Porque jugar está bien y está entretenido de vez en cuando, pero no como una norma. Porque se puede jugar cuando lo que está en juego es un café o una cerveza, pero no cuando se juegan cosas de gran valor. No se puede jugar con determinadas cosas, definitivamente no.

Well, I Wonder

Hoy la montaña rusa ha vuelto a bajar, supongo que por ser lunes y después del fin de semana que ha sido divertido y lo he pasado bien, llega la resaca.

A veces me pregunto qué tiene que pasar para que la forma de actuar de una persona te convenza de que eres importante para esa persona. Si a alguien le importas tú, ¿cual es la prueba del nueve? ¿Qué tiene que decirte? y ¿como? ¿Qué tiene que callarse? ¿Qué tiempo tiene que dedicarte? ¿Qué tiene que preguntarte? ¿Cómo tiene que respetarte? ¿Durante cuanto tiempo tiene que estar escuchándote? ¿Cómo tiene que mirarte? ¿Como tiene que acariciarte, abrazarte, besarte, etc.?

Y si a veces parece que le importas y a veces no. ¿Cómo saber cual de las veces es la verdadera? ¿Hay que fiarse de lo que te digan el corazón o la intuición? ¿O también el corazón nos puede traicionar?

Son muchas preguntas para no obtener respuestas.
Una más.
¿Sirve para algo escribir esto en un blog sabiendo que nadie lo entenderá?

03 septiembre 2006

Let the music talk

He estado fuera el fin de semana, tocaba actuación en público con mi grupo, no solemos prodigarnos así que se preveía un momento muy especial, y así ha sido. Después de algunas dificultades iniciales (afonía del singer) por fin casi recuperado, en la prueba de sonido empieza a fallar mi guitarra en los trastes altos, le había cambiado las cuerdas por la mañana y probablemente se desquintó no sé exactamente como. Así que tocaba desmontar todo, retocar el puente, las pastillas, y en el último momento cuando ya casi empezábamos a descartar algunos temas del repertorio con la última prueba se arregló.

En eso estaba cuando recibí un mensaje al móvil; tras la solución del problema y ya mucho más tranquilo, cuando aun quedaba un ratito para empezar decido llamar a mi comunicante. Fue una conversación bonita, agradable, con altibajos pero importante. Supongo que gracias a esa conversación y a la relajación que sentía después de la tensión acumulada durante toda la tarde-noche, me sentí tan a gusto, tan inspirado que mi parte de actuación fue muy buena (modestia aparte) según mis compañeros y el público asistente.

Fue una noche memorable, de las que dejan huella, interior y exterior. Ojalá vengan muchas así en los próximos días.

02 septiembre 2006

La Esperanza Lenta


Esperanzas. Hay veces que uno espera conseguir cosas (esperanza viene de esperar) y está deseando que lleguen. A veces pedimos imposibles y descubrimos que es inútil tener la esperanza de que ocurra algo imposible; otras veces pedimos cosas posibles y es más lógico que tengamos esperanzas. Pero a veces tienes la esperanza que ocurra algo sencillo, poco pretencioso, algo para lo que no haría falta por parte de otras personas que hicieran mucho esfuerzo y tampoco ocurren.

De pronto ves una pequeña luz al fondo del túnel y vuelves a pensar que, por fin, algo puede pasar, y reavivas la esperanza... pero vuelve a fallar. La siguiente vez que ves la luz al final del túnel ya no tienes esperanza, la esperanza se diluye, aunque si la luz es muy intensa puede renacer una pequeña esperanza o una esperanza lenta (como la letra de la canción de Nacha Pop). Y en eso andamos, en la esperanza lenta: en ese espacio en el que pensamos que cualquier cosa puede pasar, y que pase lo que pase nos afectará poco, tanto si la esperanza se materializa como si no. Porque no se puede esperar mucho de algo que nunca ha pasado, algo que en tantas ocasiones ha fallado y que de la noche a la mañana no va a funcionar. ¿O sí?